jueves, 30 de julio de 2015

APRENDE A VER A DIOS EN LAS PEQUEÑAS COSAS

Hace días que he estado un poco quebrantada de salud, por razones que no conozco.
Me sentía mal a pesar de mis oraciones, y entonces, me di cuenta que mi vida espiritual había caído en un declive paulatinamente en grados casi imperceptibles. Entonces entendí el porque estaba enferma. El Señor uso ese malestar en mi cuerpo para acercarme a El! Una pequeña molestia física me hizo recordar quien es Mi Dios y recuperar mi comunión con El! 

Otro día, me encontraba caminando un largo trecho bajo el sol implacable de mediodía. Había tenido una larga agitada mañana. Me encontraba cansada, irritada y estresada. En eso, volteo a un lado del camino y en medio de la árida tierra del hombrillo, veo un par de hermosas florecitas silvestres amarillas realmente preciosas! Entonces entendí, era Dios demostrándome a travez de ellas que El estaba ahí conmigo! Y esas flores estaban allí por esa razón!

A veces vivimos la vida tan distraídos, pendiente de nuestros problemas, de nuestros malestares, pendiente de enfermedades o de tantas cosas, que olvidamos ver a Dios en los pequeños detalles. No escudriñamos más allá de nuestro malestar físico, ignoramos la señales que nos da a través de la naturaleza como esas pequeñas flores, solo por el afán y el apuro de no voltear a mirarlas!

A veces es preciso detenernos a mirar el cielo, contemplar las estrellas, mirar los pájaros volar o incluso oler una flor. Es parte de nuestra vida, es parte de los obsequios de Nuestro Padre Celestial. He oído decir muchas veces la frase "vive un día a la vez", pero yo le añadiría mas bien "vive un momento a la vez", así, podrás disfrutar una a una las bendiciones sin que ninguna de ellas pase desapercibida. 

"Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas".(Mateo 6:34, BLA)



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